A Blanca Garcia Vericat #montealtoalumni de la promoción 38 con la llegada de los hijos le cambió la vida y es que una nunca se espera un plan B al quedarse embarazada, pero a la familia de Blanca, les llegaron planes b, c, d y hasta la z.
- Blanca ¿Cuándo te enteraste que Rocío venía con una distrofia muscular?
Cuando Rocío tenia dos meses fuimos un día a urgencias porque vomito varias veces. Allí les comentamos que era una niña muy tranquila, que apenas se movía, que solo giraba la cabeza hacia un lado, no abría del todo las caderas y fue entonces cuando saltaron las alarmas. Nos dijeron que debían hacerle pruebas para saber de que se trataba. Tras varias pruebas sin dar con lo que tenía, con 11 meses le hicieron una biopsia muscular y por fin, nos dieron un diagnóstico, distrofia muscular por déficit de merosina.
- ¿Qué es lo que realmente supone para Rocío?
Le falta una proteína llamada merosina lo cual limita el desarrollo normal de todos los músculos. A simple vista puede parecer que su única limitación es que no es capaz de andar, pero va mucho más allá. No es capaz de ponerse ni mantenerse de pie, no es capaz de pasar de tumbada a sentada, no es capaz de levantar objetos que pesen mucho, no es capaz de masticar con fuerza o de soplar con fuerza, cuando esta sentada es bastante inestable y se cae con facilidad… Tiene una larga lista de limitaciones.
Otro de los problemas asociados a la falta de fuerza es que sus músculos, al moverse menos de lo normal, tienden a acortarse y se forma rigidez en las articulaciones. Rocío de momento solo tiene los dedos de las manos algo agarrotados y la pierna izquierda no es capaz de estirarla del todo debido a esta rigidez. La rigidez, en principio, cada vez ira a más debido a que el crecimiento de su esqueleto y el ir pesando cada vez más corre en su contra.
- ¿Cómo llevaste el embarazo?
El embarazo de Rocío lo lleve bastante bien. Me encontraba genial y todas la ecografías y pruebas fueron completamente normales. Fue una niña tremendamente deseada.
Le pedí a la virgen en el convento de Iesu comunio quedarme embarazada y a las dos semanas de pedírselo me enteré que estaba embarazada.
Sé que Rocío es un regalo de arriba.
- ¿Cuáles fueron tus mayores miedos o inseguridades?
Cuando supimos que Rocío tenia una enfermedad, lo que me daba miedo era pensar si lo estaba haciendo bien, si había algo que podría estar haciendo y no estaba haciendo. Tienes que tomar decisiones importantes y tienes miedo a equivocarte. Muchas veces piensas que esto te viene grande, que tu no eres la persona adecuada pero pasa el tiempo y al final todo sale.
Te equivocas mil veces pero aprendes de esas equivocaciones.
- ¿Se puede ser feliz en el sufrimiento?
¡Claro que sí!
El sufrimiento y la felicidad no son incompatibles. Se puede ser inmensamente feliz en el sufrimiento, todo depende tu actitud.
- ¿Dónde encontraste la fuerza?
La fuerza la encuentro en Dios, en mi marido, en mi familia y en nuestros amigos.
Dios siempre de una forma u otra se las arregla para recordarme que Él esta a mi lado, que no estoy sola.
He visto la ayuda de Dios en muchos momentos con todo el proceso de Rocío. Mucha gente piensa que cuando te pasan cosas buenas o lo te lo has ganado tu o has tenido suerte, yo soy de la teoría que Dios está detrás de cada una de esas cosas.
Mi marido es fundamental. La unión hace la fuerza y cuando uno está más saturado o más bajo de ánimos es el otro el que tira del carro. La realidad es que tengo un marido que vale oro.
Mi familia y amigos son una pieza clave en nuestra vida. Nos ayudan y nos quieren una barbaridad.
- ¿Cómo es Rocío?
Rocío es una niña alegre, luchadora y con bastante carácter.
Es como cualquier niño de dos años, quiere ir de un lado para otro, tocar todo, investigar y explorar. Muchas veces, se frustra, como es lógico, al no poder hacer muchas de las cosas que le gustaría. Es plenamente consciente de sus limitaciones.
Es increíble como se supera día a día y como trabaja y se esfuerza por conseguir nuevas metas. Los médicos no dan crédito con lo bien que esta con su enfermedad.
- ¿Qué ha sido lo mejor de tener a Rocío?
Como con cualquier hijo, aprendes a querer incondicionalmente, dejas de centrarte en ti mismo.
Pero lo mejor y con lo que más he aprendido con Rocío es a priorizar, a dar importancia a lo realmente importante, a valorar cosas que antes no valoraba.
- ¿Cómo es la vida en el hospital y cómo se lleva mejor?
La vida en el hospital es muy intensa y cansada, pero a la vez es muy gratificante. Ves cosas que en el día a día no ves. Allí encuentras familias increíbles que llevan meses luchando por la vida de su hijo o por poder ponerle nombre a su enfermedad.
Los médicos y enfermeras son unos auténticos héroes. No sabéis con que cariño tratan a cada paciente, como trabajan sin descanso. Es simplemente espectacular.
La vida en el hospital se lleva mejor con una sonrisa. Hay días que puedes estar horas esperando para entrar en una consulta en la que tenías cita programada, a mi me ayuda pensar que esa espera es porque hay una urgencia, porque han tenido que duplicar alguna cita por un tema importante y entonces pones una sonrisa y ofreces la espera por la persona por la que se está produciendo la espera.
- Antes de Rocío, fue Pedrito. ¿Qué pasó con Pedrito?
Con Pedrito paso que cuando estaba embarazada de 35 semanas de pronto deje de notarlo y al ir a urgencias me dijeron que no había latido. Se fue al cielo directo.
- En tu cuenta de Instagram @lasaventurasderochi, cuentas que la habitación que ahora es de Rocio, estaba como la habías preparado para la llegada de Pedro, pues explicas que a ti te ayuda afrontar los problemas de cara. ¿Funciona?
Claro que funciona. No sirve de nada mirar hacia otro lado. El problema está ahí y va a seguir estando por mucho que tu mires hacia otro lado. Cuanto antes lo afrontes, lo aceptes y agarres el toro por los cuernos dejara de ser un problema para ser una bendición, serás capaz de aprender de esos problemas y verles el lado positivo.
- Cuando saliste del hospital, después de que Pedrito se fuera al cielo. ¿Cómo lo afrontaste?
Salí del hospital después de 8 meses de embarazo y esperaba salir de ahí con mi hijo en brazos y llegué a casa con las manos vacías. Recuerdo llegar a casa, meterme en la cama y llorar.
Pero nadie te habla de lo que viene después. Después, cuando te das cuenta que te han regalado un trocito de cielo. Cuando te das cuenta que tu hijo va a ser, es y será feliz eternamente, que ha comenzado la vida que realmente importa.
Entonces, te das cuenta que cuando pensabas que tenias las manos vacías, las tenias llenas de un regalo tan grande que es imposible apreciar a simple vista
Como madre no puedo estar más feliz de que mi hijo este en el cielo y sea feliz.
Pedrito cuida de nosotros tres y de muchísima más gente. En nuestras familias lo tenemos super presente, es uno más. Mas de uno tiene conversaciones recurrentes con él, yo la primera.
- Habéis pasado por dos (y seguramente muchos más) momentos muy difíciles, y con vuestra experiencia y perspectiva ¿Qué le diríais a quienes se enfrentan a una pérdida o a lo desconocido de la enfermedad?
Que cada uno lleva el sufrimiento de una manera distinta y hay que saber acompañar y entender la forma de afrontar los problemas que tiene cada uno. Que se apoyen y acompañen en todo momento. Que no les de miedo ni vergüenza pedir ayuda.
A nosotros en nuestro caso nos ha ayudado muchísimo nuestra fe y el apoyo incondicional de nuestras familias.
- ¿Piensas mucho en el futuro? ¿O mejor ir día a día?
Pues si te soy sincera, soy bastante organizada y cuadriculada. Tenía mi vida perfectamente planificada en la mente y de pronto todo se fue al traste.
Con Pedrito y, sobre todo, con Rocío he aprendido que hay que ir día a día.
Es algo que me ha costado pero que ya tengo bastante interiorizado. Me he dado cuenta que viviendo día a día eres mucho más feliz porque de la otra forma, muchas veces, sufres y te preocupas por cosas innecesariamente.
- ¿Alguna anécdota bonita de como Rocio y vuestra cuenta de IG han podido cambiar vidas?
Desde hace bastante tiempo escribo reflexiones, pero nunca las había compartido con nadie y al final me anime a compartir alguna de ellas y me alegra saber que ayudan a la gente.
También me escriben preguntando por tratamientos, aparatos que usamos, papeleos y cosas así y la realidad es que me encanta poder ayudar a la gente con esas cosas porque cuando entras en este “mundo” todo es diferente y hasta que te haces con el lenguaje y la dinámica cuesta un poco.
- ¿Alguna anécdota de hospital?
El parto de Pedrito fue muy especial.
1.Recuerdo que no queríamos ver a nadie y les pedimos a las respectivas familias que no vinieran hasta que les avisáramos. Cual fue nuestra sorpresa cuando Sor Josefa, la monja del hospital, pasó a vernos y nos dijo: “que familia más bonita tenéis, como rezan por vosotros”, a lo cual yo le dije: “¿Como sabe usted cómo es nuestra familia?, si no los conoce” y ella nos contó
que toda nuestra familia llevaba toda la tarde en el oratorio del hospital rezando sin parar por nosotros. Estoy segura que gracias a ellos y sus oraciones todo salió perfecto.
2. Durante el tiempo que estuve en el hospital, yo estaba ausente, solo lloraba y miraba al infinito. Semanas antes habíamos comprado un libro que se llama “Caricias de Dios” y a Juan no se le había ocurrido otra cosa que llevarlo al hospital. Juan estaba super insistente con leer un rato el libro juntos, probablemente quería distraerme y hacerme pensar en otra cosa. Se puso tan pesado que accedí a que me leyera las primeras páginas.
El libro cuenta la historia real de Pepo, un chico de 20 años que tiene problemas de corazón desde pequeño y que finalmente se va al cielo. Desde ahí cuida de todos sus familiares y amigos y les va mandando señales que llaman “caricias de Dios”. En las primeras páginas cuenta que el día en que murió Pepo estaba lloviendo a cantaros en Madrid. Pepo le pregunta a Dios el por qué permite que llueva tanto en un día tan triste. Dios le dice a Pepo que él tiene especial cariño a todos los niños y jóvenes – a los cuales denomina “mis príncipes”- y es que cuando uno de sus príncipes llega al cielo, para Dios es una auténtica alegría y por eso hace llover, porque es una lluvia de gracias.
Cuando estaba en el hospital, Juan insistía en que Pedrito estaba en el cielo, que era un afortunado. Yo en esos momentos tenía ganas de estrangularlo, ¿Quién me aseguraba a mí que Pedrito estaba en el cielo? Yo necesitaba una señal clara de que Pedrito estaba ahí y que estaba bien.
El lunes cuando me dieron el alta y nos fuimos a casa, era pleno junio y hacia un calor insoportable y un cielo completamente despejado. Hacia tal calor que tuvimos que dormir con las ventanas abiertas de par en par para que entrase un poco de aire. En plena madrugada y sin venir a cuento, comenzó a llover tan fuerte que las gotas empezaron a entrar en la habitación llegando a despertarme porque me estaba mojando el brazo.
En ese momento entendí que aquella lluvia era la fiesta y la lluvia de gracias que le hicieron a Pedrito cuando llegó al cielo. Fue una caricia que él me mando desde arriba para que supiese que estaba en el mejor sitio que podía estar y que desde ahí iba a cuidar de todos nosotros.
- ¿Qué ha supuesto Rocio y Pedro para vuestro matrimonio?
Ha supuesto aprender a tener una mayor confianza en los planes de Dios.
Nos ha ayudado a conocernos más y hemos aprendido a acompañar al otro en su proceso de aceptación.
Creo que nos ha unido y fortalecido como matrimonio.
- ¿Qué les dirías a las alumni con la vida por conquistar, con el amor por batallar y con todo el futuro por delante? ¿Cómo abrazar el plan B cuando llega y piensas que no estás preparada?
Que hagan todo con el mayor amor y entrega posible pero que nunca se olviden que hay cosas que se escapan de su control. Que no tengan miedo a que algo se salga de su plan inicial. Que se esfuercen por conocerse a si mismas y sepan cuales son sus fortalezas y debilidades poniendo el corazón en lo realmente merece la pena.
La única forma de abrazar el plan B cuando llega es abandonarse en Dios y tener una confianza plena en Él y poco a poco te darás cuenta que aunque pensabas que no estabas preparada Dios lleva preparándote tiempo y te va dar las herramientas necesarias para que el plan B se convierta en tu nuevo plan A.
- ¿Qué recuerdas del colegio con cariño?
El cole en general lo recuerdo con muchísimo cariño. Pero recuerdo con especialmente las fiestas de fin de curso y el día del deporte.
- ¿Algunos valores aprendidos en el cole, te han servido para crecer a día de hoy?
El compañerismo y el respeto por los demás. Por supuesto, en el cole recibí mucha formación religiosa que ha sido fundamental en mi vida y es la base que necesitaba para poder conocer y tener una relación verdadera con Dios.
- ¿Alguna profesora que te haya marcado y porqué?
La profesora de educación física, María Jesús, también conocida como Chusa. Me marco por su forma de premiar el esfuerzo, por su exigencia acompañada de cariño que hacía que nos esforzáramos por sacar lo mejor de nosotras.
- ¿Qué tal se lleva abrazando el plan B con tu vida?
Es fundamental, aunque a veces cueste. La única forma de ser feliz y tener una vida plena es aceptar tus “cruces” y no solo llevarlas sino aprender a amarlas.
Gracias Blanca por estar a nuestro lado, gracias por transmitir tanto desde tu cuenta de IG @lasaventurasderochi, gracias por explicar tan bonito como la vida puede ser muuuuy feliz aún con la cruz como compañera de viaje. GRACIAS y no dejes de hacerlo.